Descripción
La verdadera dificultad del ajedrez estrategia superior está en conocer el grado de trascendencia que para la gravitación completa de las partidas tienen las posiciones a crearse.
Esto hace que las jugadas más intrascendentes en apariencia puedan tener importancia
decisiva en el curso de las luchas, y brindan al juego acentuado interés, el cual
surge de la dificultad que estas sutilezas técnicas presentan, aun para el
jugador más experimentado.
Hemos dicho en varias oportunidades que el ajedrez no era ese monumento
de complejidad que algunos jugadores vanidosos hacen suponer, e insistimos en
lo mismo. Jugar al ajedrez es relativamente fácil, y jugar discretamente tampoco
es una tarea de gigantes. Sólo hace falta cierta dedicación y bastante práctica.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que las dificultades se vayan agotando
cuando el ajedrecista avanza. Por el contrario, éstas se acentúan a medida que
se sutiliza, y resulta así el hecho paradójico de que quien tiene más dificultad
para jugar como aspira a hacerlo, es el jugador de primera fuerza, pues
pretende a menudo imposibles: quiere agotar los análisis y trata de llegar a
conclusiones definitivas por medio del examen minucioso de las posibilidades
futuras y por el estudio de las jugadas y respuestas posibles, sin, de vez en cuando,
hacer un examen de conciencia y considerar si en verdad su cerebro está en
condiciones de realizar tarea tan extensa, sin riesgos de incurrir en errores de
análisis muy graves.
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